El maltrato entre estudiantes golpea con mayor fuerza a las escuelas latinoamericanas que a las de otras partes del mundo. República Dominicana, es uno de los países afectados. Ocupa el tercer lugar en América Latina con mayores niveles de violencia física entre estudiantes sin que el Estado cuente con políticas definidas para enfrentar el tema.
Un maltrato que enfrentan por años y que lleva a algunos menores a la depresión y hasta al suicidio. En otros casos las agresiones físicas son tan graves que a veces degeneran en la muerte. Desde el punto de vista conductual, los niños que ejercen violencia sobre otros, en un alto porcentaje han sido víctimas de maltratos en la familia.
“La violencia en las escuelas es un reflejo de una agresividad creciente en la sociedad y que algunos especialistas han atribuido a la falta de oportunidades, de expectativas, de posibilidades de desarrollo y los procesos que se viven en los hogares desestructurados”, argumentó Darwin Caraballo, presidente de Acción Empresarial por la Educación (Educa).
“Hay que actuar en la verdadera causa del problema y la verdadera causa del problema no se puede trabajar desde la escuela, entonces la escuela tiene que administrar esas situaciones de conflicto que llegan”, Darwin Caraballo.
El primer paso que deben dar las escuelas para detener la escalada de este fenómeno social, es no aceptar ninguna manifestación de violencia sutil, aquella que comienza con comentarios, gestos, actitudes de rechazo y de minimizar al otro, resalta la sicóloga Rafaela Burgos.
Destaca la necesidad de que el sistema educativo nacional desarrolle estrategias tanto de prevención, como de control, para detectar las señales de maltrato a tiempo y evitar tragedias.
La experta de la conducta alertó que los sobrenombres en las escuelas no deben aceptarse aunque el profesor considere que no es algo grave. Subraya que los centros educativos deben tener una estrategia para que los niños que se sientan acosados tengan la confianza de reportarlo.
“Siempre recomiendo que la familia preste atención al niño que dice en su casa: tengo problemas con un compañero en la escuela, un niño que dice que no quiere ir a la escuela, que comienza a tener síntomas de rechazo a la escuela, que se enferma con frecuencia pero no parece tener una situación orgánica real”, apuntó.
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