viernes, 6 de abril de 2018

El rol de la familia en la escuela y la educación





Es necesaria una nueva forma de enfocar la educación en la familia, que ha de tomar conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios.
La sociedad ha sufrido una evolución en los últimos tiempos que ha repercutido de forma directa en la familia y la escuela. Tanto es así que uno de los temas más destacados respecto a la educación en estos días es la colaboración entre ambas.
El papel de la familia ha ido evolucionando con la incorporación de la mujer al mundo laboral y con otros cambios de diversa índole, sobre todo política y económica. Esta ha pasado de ser la encargada única y exclusiva de la formación de los hijos e hijas, a delegar en la escuela parte de esta tarea.
Estos cambios de la sociedad actual son rápidos y profundos. La complejidad, cada vez mayor, demanda una nueva visión educadora de la familia y la escuela, lo que exige su compromiso para trabajar unidas en un proyecto común.
La familia como primer ámbito educativo necesita reflexionar sobre sus pautas educativas y tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos e hijas. La realidad actual se le escapa, y esto repercute en la vida del niño y la niña, lo cual conlleva a su vez problemas escolares y familiares que surgen a diario: desinterés, falta de motivación, dependencia, bajo rendimiento, fracaso escolar, violencia, etc., y no se pueden achacar a la sociedad en abstracto, a la familia, a la escuela o al alumnado, de manera independiente, sino que la interacción de todos ellos es la que propicia esta situación.
Son los padres y las madres quienes gozan de una relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de la familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc, que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.
Son, asimismo, los padres y madres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el aumento en autonomía de sus hijos e hijas y, por tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores.
La participación de los padres en la vida escolar parece tener repercusiones tales como:
• Una mayor autoestima de los niños y niñas.
• Un mejor rendimiento escolar.
• Mejores relaciones padres/madres e hijos/hijas.
• Actitudes más positivas de los padres y madres hacia la escuela.
Los efectos repercuten incluso en el profesorado, ya que los padres y madres consideran que los más competentes son aquellos que trabajan con la familia (Pineault, 2001).
Es necesaria una nueva forma de enfocar la educación en la familia, que ha de tomar conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios. Esto exige una formación de padres y madres a través de programas.
Las propuestas han de ir enfocadas hacia intervenciones globales en las que se impliquen las instituciones sociales, escolares y familiares, desde una perspectiva interactiva, ecológica y comunitaria.


La Violencia en la Escuela


El maltrato entre estudiantes golpea con mayor fuerza a las escuelas latinoamericanas que a las de otras partes del mundo. República Dominicana, es uno de los países afectados. Ocupa el tercer lugar en América Latina con mayores niveles de violencia física entre estudiantes sin que el Estado cuente con políticas definidas para enfrentar el tema.
Un maltrato que enfrentan por años y que lleva a algunos menores a la depresión y hasta al suicidio. En otros casos las agresiones físicas son tan graves que a veces degeneran en la muerte. Desde el punto de vista conductual, los niños que ejercen violencia sobre otros, en un alto porcentaje han sido víctimas de maltratos en la familia.

“La violencia en las escuelas es un reflejo de una agresividad creciente en la sociedad y que algunos especialistas han atribuido a la falta de oportunidades, de expectativas, de posibilidades de desarrollo y los procesos que se viven en los hogares desestructurados”, argumentó Darwin Caraballo, presidente de Acción Empresarial por la Educación (Educa).

“Hay que actuar en la verdadera causa del problema y la verdadera causa del problema no se puede trabajar desde la escuela, entonces la escuela tiene que administrar esas situaciones de conflicto que llegan”, Darwin Caraballo.

El primer paso que deben dar las escuelas para detener la escalada de este fenómeno social, es no aceptar ninguna manifestación de violencia sutil, aquella que comienza con comentarios, gestos, actitudes de rechazo y de minimizar al otro, resalta la sicóloga Rafaela Burgos.
Destaca la necesidad de que el sistema educativo nacional desarrolle estrategias tanto de prevención, como de control, para detectar las señales de maltrato a tiempo y evitar tragedias.
La experta de la conducta alertó que los sobrenombres en las escuelas no deben aceptarse aunque el profesor considere que no es algo grave. Subraya que los centros educativos deben tener una estrategia para que los niños que se sientan acosados tengan la confianza de reportarlo.
“Siempre recomiendo que la familia preste atención al niño que dice en su casa: tengo problemas con un compañero en la escuela, un niño que dice que no quiere ir a la escuela, que comienza a tener síntomas de rechazo a la escuela, que se enferma con frecuencia pero no parece tener una situación orgánica real”, apuntó.

Los Beneficios del Ejercicio Físico


Está demostrado que practicar ejercicio de forma regular contribuye a mantener una buena salud y a prevenir enfermedades. Te explicamos todos los beneficios que te aporta, tanto física como psicológicamente.

Realizar de forma regular y sistemática una actividad física ha demostrado ser una práctica muy beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana.

El ejercicio físico, ya sea de corta o larga duración, contribuye a establecer un bienestar mental, mejorando la autonomía de la persona, la memoria, rapidez de ideas, etcétera, y promoviendo sensaciones como el optimismo o la euforia, al tiempo que se mejora la autoestima de las personas, lo que produce beneficios en diferentes enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o las crisis diabéticas.
Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física (por ejemplo, tras un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva. La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la condición física de cada persona.

  •   Beneficios biológicos

  1. Mejora la forma y resistencia física.
  2. Regula las cifras de presión arterial.
  3. Incrementa o mantiene la densidad ósea.
  4. Mejora la resistencia a la insulina.
  5. Ayuda a mantener el peso corporal.
  6. Aumenta el tono y la fuerza muscular.
  7. Mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones.
  8.  Reduce la sensación de fatiga.

  •  Beneficios psicológicos
  1. Aumenta la autoestima.
  2. Mejora la autoimagen.
  3. Reduce el aislamiento social.
  4. Rebaja la tensión y el estrés.
  5. Reduce el nivel de depresión.
  6. Ayuda a relajarte.
  7. Aumenta el estado de alerta.
  8. Menor grado de agresividad, ira, angustia...